Final masculina del Australian Open 2012. Parecía tan repetitivo el planteamiento de éste partido, por la mente de muchos pasaba «otra vez Nadal vs Djokovic», y la pregunta era la misma: ¿Podrá Rafa contra sus fantasmas del año pasado y revertir la situación?. 
Sabíamos que sería un partido muy duro y desgastante, e imaginábamos que había la posibilidad de que fuera un partido a 5 sets. Pero por nuestra mente nunca pasó que íbamos a presenciar la final de Grand Slam más larga en la era Open, de 5 horas y 53 minutos.
Evidentemente no fue el partido mejor jugado técnica y tácticamente. No fue el tipo de partido en el que a los dos les sale todo lo que tiran y tienen pocos errores. No, éste fue un partido con muchas altas y bajas, errores costosos y puntos jugados con bastante nerviosismo. Y eso, precisamente esas imperfecciones por parte de ambos, es lo que puso a éste partido en lo más alto de la expresión del tenis. ¿Por qué?, la respuesta es sencilla. Porque después de ver cómo ambos dejaron el alma en la pista, cómo seguían luchando con la más alta intensidad y calidad de juego, recordabas esos momentos en lo que no estaban jugando tan bien, en el que parecía que ninguno de los dos quería arriesgar y jugaban con muchos nervios y miedo, y ahí, nos hicieron ver que aún pareciendo dioses enviados directamente desde el Olimpo para deleitarnos con su grandeza, también son humanos, tienen errores, se desgastan físicamente y sobre todo mentalmente.
Ésto ya no es cuestión de si eres fan de uno o de otro, de si uno juega más lindo o más feo. No, hoy todo eso quedó a un lado, porque vimos a dos de los mejores jugadores en la historia del deporte blanco, luchar hasta el final, aún cuando el panorama parecía negro y las piernas ya no daban para más. Jugaron con el corazón, batallaron como verdaderos gladiadores en la pista, y eso, es todo lo que un seguidor del deporte puede pedir a los atletas.
No me queda ninguna duda que estamos en una época donde el tenis está a su máximo explendor. Roger, Rafa, Nole, ¿qué más podemos pedir?. Hoy Nole salió victorioso porque fue el que se sobrepuso mejor ante las adversidades al final, pero los verdaderos campeones somos todos los que tuvimos el honor de ver éste partido y admirar a no solo los dos mejores tenistas actualmente, sino a dos de los mejores atletas y deportistas del mundo en toda la historia.
Gracias Rafa, gracias Nole, porque cada día nos recuerdan cómo simples humanos pueden llegar a tocar la eternidad y la grandeza. Son inmortales, son unos gladiadores.
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Foto: marca.com
video: youtube
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