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Partido épico en Torreón: ¡México a la final del Mundial Sub-17!

En un partido épico, la selección mexicana consiguió un triunfo que ningún espectador podrá olvidar.

El equipo del «Potro» Gutiérrez estaba listo para enfrentar al equipo más temido de esta Copa del Mundo, la selección alemana, que tenía un paso arrollador con 18 goles y tan sólo 3 en contra. Ambos equipos llegaban invictos a esta semifinal.

Comenzó el partido, y mientras algunos aficionados aún buscaban sus asientos, Julio Gómez «El Niño Héroe» (llegaremos al porqué de ese apodo) sorprendió con un cabezazo que venció al arquero Vlachodimos, el 1-0 subía al marcador en el minuto 3 a favor de los mexicanos. El partido se mantenía intenso, pero por un balón perdido del capitán Briseño en los linderos del área, Yesil disparó razo y empató el partido. 1-1 al minuto 10. El marcador se mantendría igual hasta el medio tiempo, con un ritmo intenso y peligro por ambos lados, pero un dominio abrumador en la posesión de balón por parte del equipo tricolor.

En la segunda parte, México salió más ofensivo y se encontraba jugando mejor, pero en un acto de talento por parte del capitán aleman Can, los ánimos se vinieron para abajo y el Estadio Torreón -como es llamado en este torneo de FIFA- se silenció; el número 8 de Alemania colocaba por primera vez a su equipo adelante. Sin embargo, nuestra selección mantenía sus mayores cualidades a tope: el corazón, la garra, la lucha, y es así como el partido empezó a convertirse en algo que formará parte de nuestra memoria.

Al 76′ apareció un verdadero golazo, un gol olímpico que Jorge Espericueta nos brindó; el partido se empataba, pero no era lo único que sucedió en esa espectacular jugada, ya que en el tiro del jugador de Tigres, Gómez intentó rematar pero, al no hacerlo, chocó fuertemente su cabeza contra un jugador alemán, en consecuencia, Julio recibió una cortada grande y tuvo que ser vendado en la misma cancha, parecía que México se quedaba con 10 jugadores en la recta final del partido, pero es ahí cuando apareció el ahora llamado «Niño Héroe»: Julio regresó al campo pese al duro golpe y estar vendado de la cabeza.

Al final del partido, el conjunto mexicano, con un segundo aire de motivación decidió buscar el triunfo por lo que se encontraba al ataque y es así como consiguió otro tiro de esquina que quedará marcado en la historia del Estadio de Santos Laguna. Jorge Espericueta estaba listo para cobrar otra vez; en el área defendía todo el equipo teutón pero ahí se encontraba Julio Gómez, con una motivación especial y fue el mismo quien vio caer el balón y con una tremenda media chilena anotó el gol más memorable de esta Copa del Mundo Sub-17. La afición enloquecía.

Pasaron unos cuantos minutos más, y el árbitro Ponce decretó el final. México consiguió una victoria épica en un partido que nos brindó toda clase de sentimientos. Los jóvenes integrantes de esta magnífica selección mantienen un paso perfecto con siete victorias y ahora se dirigirán al Estadio Azteca para disputar la final en contra de Uruguay.

Sebastián Cardoso González

@SCardosoG

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